jueves, 6 de febrero de 2014

Especificación de una actitud universitaria.

Esta publicación es nada más para contarles una anécdota, la cual marcó mucho mi vida. Creo que es un ejemplo bastante claro de lo que podemos lograr si es que nos lo proponemos.

Era marzo del 2011, llegaba al colegio después de unas buenas vacaciones, las cuales se envolvieron en juergas, playa. Sin ninguna preocupación, es claro que el regresar a aulas escolares no era la mejor idea que podía tener, sin embargo, era algo que era inevitable.

Llegué a una aula nueva, con mis amigos de siempre, pero no la misma gente del año pasado. Era un salón bastante variado, con todo tipo de gente, pero la gente "chacotera" era la mayoría. No sé si decir lamentablemente, pero yo pertenecía a ese grupo.

Los meses fueron pasando, y me llené de mala fama y actitudes negativas; pues adopte una posición, en la cual solo me importaba molestar a los demás, y no dejaba a los profesores a desarrollar su clase con fluidez. No era novedad que me pelee con ellos, tampoco que mis amigos me encuentren en coordinación, ni que llegara a mi casa con una amonestación. Mis notas en conducta disminuyeron notablemente comparado a años anteriores.

Los meses seguían pasando y mi actitud seguía empeorando. Era setiembre, dos días después de mi cumpleaños recuerdo. Se me acercó un cura y me dijo: "Hijo, disculpa, pero el año ya esta en su tercer ciclo y tu conducta no a mejorado a pesar de las repetidas llamadas de atención. Te recomendaría que vayas buscando otro colegio". Las palabras de ese cura me hizo pensar todo lo que había hecho.

En lo que mi respecta, soy amante nato de mi escuela, por lo que eso causó una gran auto-decepción, al pensar lo que estaba apunto de perder. Mis amigos, y el colegio de mis amores.

Automáticamente, mi actitud giró totalmente a positivo y me propuse revertir todas las malas actitudes y demostrarle al colegio de lo que era capaz. Hable con el director, el subdirector, con el coordinador. y a todos le dije lo mismo: "denme hasta diciembre para cambiar mis actitudes, si es que lo logro, me dan una segunda y ultima oportunidad para quedarme aquí".

Y así fue, con el tiempo demostré quien era y que era capaz de hacer. A final de año me dieron la oportunidad que tanto deseaba. Dos años después en mi graduación se me acercaron algunos profesores y directivos y me dijeron: "no nos arrepentimos de haberte dado esa oportunidad, estamos orgullosos de tu esfuerzo y de quien eres ahora".

Foto: ultimo día de clases. Diciembre, 2013

Y así concluyo este texto. Demostrando que con un poco de esfuerzo y dedicación podemos demostrar al tigre que tenemos dentro, demostrar quienes somos y hasta donde somos capases de llegar. Es por eso que mi recomendación es: Si tienen alguna dificultad, busquen SOLUCIONES, y NO mas trabas. El decidirnos a una actitud positiva es enteramente de nosotros. Y de nosotros depende sobrellevar la vida llena de logros y metas vencidas. No vale la pena tirarte a llorar y sentirse decepcionado por algo que tiene solución. ¡Busquemos soluciones y adoptemos una actitud positiva!

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